Y vimos cambiar las estaciones

A medida que el hielo se derrite y el nivel del mar sube, amenazando la existencia humana tal como la conocemos, el cambio climático se ha convertido en uno de los problemas más urgentes y controvertidos de nuestro tiempo. Philip Kitcher y Evelyn F. Keller, dos de los científicos más reconocidos de la actualidad, podrían haber escrito un libro convencional sobre este tema, repleto de cifras, buenos argumentos y mejores intenciones. Pero se dieron cuenta de algo: a pesar de que el cambio climático va a transformar radicalmente nuestra existencia, la de nuestros hijos y la del resto de los seres vivos del planeta, la mayoría de los ciudadanos se sienten incapaces de comprender la magnitud de la situación y actuar en consecuencia. ¿Por qué? Porque no sabemos cómo hablar del cambio climático. Así que pensaron en escribir un libro que pudiera fomentar un debate democrático bien documentado y accesible para todos. ¿Pero cómo? Decidieron presentar la realidad del calentamiento global en el contexto de seis escenas o conversaciones cotidianas. Así, inventaron doce personajes (sí, de hecho, un científico puede convertirse en escritor y crear personajes interesantes, creíbles, ricos y complejos, con orígenes, biografías, ideas y posiciones socioeconómicas muy diferentes) que hablan, argumentan, discuten y se enfrentan al monopolio de la conversación por parte de los organismos financieros, políticos y mediáticos. A veces un personaje convence a otro, a veces aumenta sus dudas o abre un punto de vista. Y en los apéndices finales, el lector encontrará todas las referencias, datos y explicaciones que exige el rigor científico. El resultado es un libro decisivo: una forma radicalmente diferente de hacer ciencia para afrontar el problema más radical de la historia de la humanidad; un brillante experimento literario sobre nuestra acuciante necesidad de crear relatos que sirvan de modelo y contrarresten el omnipresente paradigma apocalíptico; un manifiesto político, a medio camino entre la contundencia de Naomi Klein y las exigencias de Rachel Carson, con el que afrontar la transición hacia un mundo ecológicamente sostenible.