Sin relato

Al observar al individuo posmoderno, podríamos decir que, de todas las transformaciones que experimenta, una de las más relevantes es la pérdida de narratividad, la dificultad cada vez mayor para contar su propia historia y crear una narrativa. Una enfermedad que, a pesar de ser común, padecen en mayor medida quienes nacieron en la era digital. Entre la filosofía, la sociología y el psicoanálisis, y a partir del estudio de nuevos fenómenos culturales, Lola López Mondéjar despliega una cartografía de este atrofiamiento de la capacidad narrativa. Una atrofia asociada no solo a la dificultad para expresar el pensamiento con palabras, sino a un déficit del propio pensamiento y de la imaginación. En el capitalismo de la atención, siempre rodeado de estímulos, el ciudadano parece destinado a convertirse en un yo mínimo, sin apenas autoconciencia y, paradójicamente, desatento, incapaz de conversar, de tocar, de comprender al otro. Y si la incapacidad de traducir nuestras experiencias al lenguaje nos vacía de ellas, nos estandariza y nos convierte en analfabetos emocionales, en ciudadanos acríticos e individualistas, la pregunta que surge en este ensayo incisivo y extraordinario es: ¿somos menos humanos hoy?