¿Por qué no estás feliz?

La Dra. Loretta Breuning, pionera de la química de la felicidad y fundadora del Instituto de Mamíferos Internos, escribió el primer libro sobre el origen animal de las sustancias químicas de nuestra mente: serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas. Su obra se ha traducido a 16 idiomas.

En su último libro, explica que la infelicidad no es un trastorno, sino el estado natural de nuestro cerebro. Nuestras sustancias químicas de la felicidad no están diseñadas para estar activas todo el tiempo, pero nos enseñan que la felicidad es "normal". Esto hace que muchas personas sientan que algo anda mal.

El modelo de enfermedad de la salud mental está tan arraigado que no lo percibimos como un pez no percibe el agua. Se proclama como un servicio al bien común, pero hace más daño que bien porque:

• Presenta nuestros altibajos emocionales normales como indicios de un trastorno.
• Crea la ilusión de que todos los demás son felices, mientras que tú estás privado de algo.
• Desvía tu atención de las habilidades necesarias para activar las sustancias químicas naturales de la felicidad en tu cerebro.

Entonces, ¿por qué es tan popular esta visión engañosa de nuestra biología?

Es política.

No se trata de la política de elecciones gubernamentales, sino de la política de decir lo que es popular para ganar apoyo.

Médicos, académicos, terapeutas y medios de comunicación adoptan la visión rousseauniana de que la felicidad es intrínseca a la naturaleza y que la sociedad es la culpable de la infelicidad. Te dicen que los animales y los niños son felices, y que tú también lo serías si no fuera por "nuestra sociedad". Esta mentalidad te convierte en una víctima impotente de las circunstancias externas, en lugar de desarrollar la capacidad de gestionar tu cerebro.

Lo cierto es que los animales, los niños y los cazadores-recolectores son muy infelices. Esto no lo oyes de quienes dicen darte "LA Ciencia". Pero la biología simple deja claro que nuestro cerebro reserva sus sustancias químicas de la felicidad para la supervivencia. Es difícil obtener sustancias químicas de la felicidad de este cerebro que hemos heredado. Los humanos hemos luchado por desarrollar esta habilidad desde el principio de los tiempos.

No desarrollas la habilidad cuando te enseñan que la felicidad se logra sin esfuerzo en las personas “normales” o crees que tienes un trastorno que los expertos deberían solucionar.

El libro muestra por qué el sistema de salud, el mundo académico, los terapeutas y los medios de comunicación pasan por alto la verdad innegable sobre nuestra biología.