Nuestra enfermedad

Un virus no es humano, pero la forma en que reaccionas ante él es una medida de humanidad. Estados Unidos no ha salido bien parado. Cientos de miles de sus ciudadanos han muerto innecesariamente. Se supone que Estados Unidos es la tierra de la libertad, pero la enfermedad y el miedo nos hacen menos libres. La libertad es imposible cuando estamos demasiado enfermos para pensar en la felicidad y demasiado débiles para buscarla. Por lo tanto, si un gobierno nos priva de la salud, también nos está arrebatando nuestra libertad. El 29 de diciembre de 2019, el historiador Timothy Snyder enfermó gravemente. Mientras se aferraba a la vida, reflexionó sobre la fragilidad de la salud, que en Estados Unidos no se reconoce como un derecho humano, pero sin la cual los derechos y las libertades carecen de sentido. Y eso fue poco antes de la pandemia. Desde entonces, hemos visto hospitales, con poco personal y mal equipados, colapsar bajo las oleadas de pacientes con coronavirus. El gobierno federal empeoró la situación con una mezcla de ignorancia deliberada, desinformación y especulación. Las lecciones que Snyder ofrece en este libro, basadas en las reflexiones y experiencias que registró en su diario de hospital, están dirigidas a todos nosotros, dondequiera que estemos. Solo si reconocemos la atención médica como un derecho humano, fortalecemos la autoridad de los médicos y la verdad, damos al conocimiento la importancia que merece y planificamos el futuro de nuestros hijos, podremos ser verdaderamente libres. La libertad pertenece a cada individuo. Pero para ser libres necesitamos estar sanos, y para estar sanos nos necesitamos unos a otros.