La vida privada de los árboles (Narrativas Hispánicas)

Verónica llega tarde, Verónica llega inexplicablemente tarde, y el libro continúa hasta que regresa o hasta que Julián está seguro de que no regresará. Hacia el final, Julián quiere escribir y no ser escrito, pero esperar es dejarse escribir: esperar es seguir un flujo constante de imágenes. Así, la historia comienza mucho antes de esa última noche, quizá una tarde de 1984, con la escena de un niño viendo la televisión. ¿Para qué leer y escribir libros en un mundo a punto de derrumbarse? Esta pregunta ronda cada página de La vida privada de los árboles, una novela que confirma a Alejandro Zambra como uno de los escritores más interesantes de las nuevas generaciones.