La flor

¿Quién lo vio venir? es una de las preguntas fundamentales de este libro. Una pregunta sobre el pasado y el futuro, sobre la identidad y sobre ese tiempo de ingenuidad y rebeldía que es la adolescencia. ¿Quiénes somos a los doce años? ¿Y a los dieciséis? ¿Quiénes esperamos ser y en qué nos convertimos? Y aún más complicado: ¿cómo escapar de lo que se supone que somos? Con su habitual descaro, en una obra adictiva, divertida y más sexy que nunca, Mary Karr escribe una carta de amor a la adolescencia. A su adolescencia, bueno, estamos ante una narrativa autobiográfica. Nunca más el tiempo se extenderá como en aquellos años, nunca más el mundo será tan nuevo, tan inhabitual, ni nuestros ojos serán tan puros. También hay dudas y miedos, por supuesto. Hay soledad e impotencia. Pero gracias a pasajes que nos harán reír a carcajadas y a una empatía conmovedora y sincera, leemos fascinados y llenos de esperanza el nacimiento de la primera amistad verdadera, el encuentro con esa otra persona con la que crecemos y nos descubrimos, quién nos ayuda a ser, todo lo que no sabíamos que queríamos ser. Y el ardor del deseo también nos recorre, un conocimiento profundo que nos sacude hasta transformarlo.