Joyita

La memoria no sigue un orden cronológico: avanza y retrocede. Este tercer volumen de Mi lucha está narrado de esta manera, con una precisión espasmódica que resulta en un espectacular ejercicio de realidad autobiográfica. Boyhood Island es la isla Tromøy de 1969, a donde llega Karl Ove de ocho meses. / De Joyita sabemos –por su aparición en 1982 en una obra anterior de Patrick Modiano, Tan buenos chicos, y por lo que de ella cuenta alguien que la conoció de niña– que es hija de una actriz de trayectoria breve y accidentada, y que su nombre artístico se lo puso su fantasiosa madre, obstinada en convertirla en estrella de cine. La continuación les llegó a los lectores en 2001, y esta vez es ella a quien la refiere. Joven, indefensa, sin familia, dejada en manos de extraños por su madre, de quien cree que murió hace tiempo en Marruecos, malvive y se gana la vida cuidando a una niña que les importa tan poco a sus padres como le importó ella a su madre a la misma edad. Un día en el metro coincide con una mujer que viste un ajado abrigo amarillo y cree reconocer a esa madre a la que daba por muerta. La sigue sin darse cuenta a conocer y, al hilo de esa indagación, va encontrando a quienes quizás le puedan dar el amparo que nunca tuvo y conducirla al umbral de una vida nueva y diferente.