Eso no estaba en mi libro de historia de los cátaros

¿Sabías que muchos cátaros creían en la reencarnación? ¿Y que renunciar a las cosas materiales era esencial para la salvación? ¿Cuál es la relación entre los cátaros occitanos y el Santo Grial? ¿Existió el tesoro de Montségur? ¿Llegaron a representar un peligro real para la Iglesia de Roma? ¿Sabías que existe una relación entre el género literario del amor cortés y el catarismo? ¿Y que los cátaros se negaban a comer carne, solo tenían una oración (el Padrenuestro) y no aceptaban limosna? Oscar Fábrega, historiador especializado en historia de las religiones, además de exponer y explicar sus creencias, sus rituales y su historia, se hace eco de un sinfín de datos desconocidos sobre los enigmáticos cátaros del Languedoc. Desde mediados del siglo XII hasta finales del XIII, el movimiento cátaro surgió en Occitania, el norte de Italia, Flandes, Champaña y Cataluña como una auténtica iglesia alternativa a la de Roma, con su propia organización, doctrina y un curioso rito de iniciación: el «consolamento». Radicales en sus creencias e imbuidos de una profunda espiritualidad, los cátaros protagonizaron un período de gran importancia para Occidente. Estos rebeldes de la Edad Media tildaron de fraudulentos los poderes terrenales, rechazaron el materialismo, trataron a las mujeres con igualdad, aceptaron la diferencia de credo, defendieron el amor libre y afirmaron la inexistencia del infierno. Pero, sobre todo, los cátaros cuestionaron la autoridad de la Iglesia y su concepción del bien y del mal, haciendo tambalear el sistema de valores impuesto. La respuesta del catolicismo fue contundente: con el apoyo de la corona francesa, que ansiaba ocupar finalmente Occitania, la Iglesia se lanzó a reprimir el movimiento cátaro occitano a sangre y fuego. Y logró acabar con ellos.