Dios, humano, animal, máquina

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el mundo fue un lugar mágico y encantado, regido por fuerzas que escapan a nuestra comprensión. El auge de la ciencia y la separación cartesiana de la mente y el mundo hicieron del materialismo nuestro paradigma dominante, preguntándonos si nuestra propia consciencia, es decir, nuestras almas, podrían ser ilusiones. Ahora, con el inexorable auge de la tecnología, con inteligencias artificiales que superan nuestra comprensión y control, y la proliferación de metáforas digitales para la autocomprensión, las cuestiones centrales de la existencia (la identidad, el conocimiento, la naturaleza y el propósito de la vida) requieren urgentemente un replanteamiento. Meghan O'Gieblyn aborda este desafío con rigor filosófico, alcance intelectual, brío ensayístico, originalidad refrescante y un irónico sentido de la contradicción. Se basa profundamente, y a veces con humor, en su propia experiencia personal como excreyente religiosa, aún atormentada por cuestiones de fe, y sirve como la mejor guía posible para navegar por el territorio en el que todos nos estamos adentrando.