Benedicto XIII. El papa templario que luchó contra Roma

Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII, Papa Luna. Tres maneras diferentes de nombrar a un mismo personaje que ha pasado a la historia, por la firmeza de sus convicciones contra Roma, como la obstinación personificada. Pocos conocen la verdadera dimensión de quien realmente ideó la unificación territorial de España que vería la luz con los Reyes Católicos. Una figura intelectual, política, religiosa e incluso guerrera (pues la guerra, como para cualquier otro líder del siglo XV, sería fundamental en su pontificado). Observamos en su pensamiento y obra el despertar del proyecto que la Orden del Temple diseñó para la cristiandad occidental. Custodio del Santo Grial, dueño de todo un ejército naval, precursor de los Borgia y partidario de los Trastámara, Benedicto XIII protagonizó la emocionante historia de la resistencia del papado de Aviñón contra Roma durante el Cisma y convirtió a la ciudad de Peñíscola, en Castellón, en el centro de atención de España y del mundo. Su personalidad, sus profundos ideales y su habilidad estratégica lo convirtieron en una amenaza temible para sus adversarios (a quienes vio morir uno a uno hasta Martín V) y en un nombre familiar y popular entre el pueblo. Su legado, hoy desvanecido, se expande por mil caminos y lo describe, junto con las crónicas, como quizás el personaje más determinante de la Baja Edad Media en todo Occidente.